Servindi, 3 de marzo, 2024.- Un amplio debate entre investigadores se ha generado respecto a los pro y contra de los mercados de créditos de carbono.
Mientras algunas posiciones señalan que es una alternativa viable y efectiva para controlar el calentamiento global, otras afirman que no ha dado mayores resultados y solo ha generado un lavado verde o greenwashing.
La Red Indígena por el Medio Ambiente señaló en la COP25 que los mercados de carbono no incentivan la reducción de las emisiones. Por el contrario, han venido acarreando fuertes presiones contra los pueblos indígenas y comunidades ubicadas en zonas preservadas.
Un artículo publicado por Mongabay señala que la controversia tomó impulso luego que el periódico The Guardian reveló que el mayor certificador de compensaciones de carbono del mundo, Verra, emitía probablemente, créditos fantasmas.
La investigación realizada en conjunto con el periodista Die Zeit y SourceMaterial, concluyó que, solo un grupo de proyectos en la selva tropical redujeron la deforestación, mientras que el 94 por ciento de créditos no tuvieron ningún beneficio para el clima.
Otras investigaciones como las realizadas por Mongabay y The New Humanitarian revelaron que un grupo de proyectos de compensación de carbono que recibieron fondos de la ONU no cumplieron los principios para los que fueron diseñados o articulados.
Por otro lado, hay gobiernos que respaldan y destacan los beneficios de los mercados de carbono, como el Ministerio de Ambiente de Colombia, para quien funciona como una estrategia de disminución de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Colombia busca integrar dentro de las actividades productivas, el costo social y ambiental que genera la emisión de las mismas.
Otros especialistas como Robert Nasi, director de la organización de investigación CIFOR-ICRAF, dijeron a Mongabay que si bien los mercados de carbono tienen defectos se precisa de todas las estrategias posibles para adaptar, mitigar y reducir los efectos del cambio climático.
En esa línea, la Organización de Naciones Unidas (ONU) recomienda que para que los mercados de carbono tengan éxito y se evite el lavado verde las reducciones y eliminaciones de emisiones deben ser reales.
Ello, a su vez implica contar con infraestructura institucional y financiera transparente relacionada a esta tarea.
Cabe señalar que estos mercados se dividen en voluntarios y regulados, el primero basado en la responsabilidad social y reputacional de las empresas para responder a los objetivos ambientales.
Los mercados regulados se refiere a regímenes obligatorios de reducción de emisiones basada en reglas internacionales como el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París, así como otros lineamientos a nivel nacional o local.
Por ejemplo, en Colombia, se establece un límite de emisiones de GEI, así el gobierno expide derechos de emisión y los agentes regulados los adquieren. Estos solo pueden emitir las toneladas avaladas por sus derechos de emisión, si las excede están sujetas a sanciones.
Según la ONU los mercados de carbono son sistemas comerciales en los que se venden y compran créditos de carbono.
Las empresas o las personas pueden utilizar los mercados de carbono para compensar sus emisiones de GEI mediante la compra de créditos de carbono de entidades que eliminan o reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, el desafío es evitar que las empresas comercialicen falsamente sus credenciales ecológicas.
Asimismo, es fundamental que los países de la región profundicen en la defensa de sus propios intereses y en estrategias que atiendan de forma estructural las principales afectaciones contra la Amazonía, concluye un artículo publicado por Mas Colombia.
Lea el artículo publicado por Más Colombia en el siguiente vínculo:
AÑADE UN COMENTARIO